Un curso para recordar


Logotipo de las camisetas de Jóvenes Solidarios. Diseñado por Nuria Calatayud


El curso 2012-2013 permanecerá en la memoria colectiva del grupo de Jóvenes Solidarios, por largos años.

Varias razones están detrás de tal afirmación:

  • Por la sensación conjunta de satisfacción con nuestro trabajo en el barrio; con nuestros alumnos -niños, adolescentes y adultos.
  • Por el explícito reconocimiento a dicha labor por parte de las técnicos responsables de nuestras contraprestaciones.
  • Por el espíritu de colectivo fuerte y con capacidad de decisión que nos hemos forjado.

Todo ello quedó patente en la última asamblea del curso, la de evaluación. En ella pusimos sobre la mesa nuestros logros, como ejemplos:
  • que si los avances en lectoescritura de los chavales de 17 y 18 años, quienes a inicio de curso, apenas sabían leer y escribir (Contraprestación de Yose),
  • que si el otro se sacó el graduado escolar (Contraprestación de Javi Asensio),
  • que si los niños de “animación a la lectura” aprendieron un montón, se divirtieron por igual y hasta implicaron a sus propias familias en la actividad (Contraprestación Alejandra y Allison),
  • que si los alumnos del PAE crearon piña, adquirieron autoestima, aprendieron técnicas de circo y por primera vez pisaron el suelo resbaladizo de una pista de hielo (Contraprestación Nuria, Fede, Guillem y Brahim),
  • que si los señores y señoras de la EPA ya pueden contar, leer y escribir con mayor autonomía y sobre todo, que hayan hecho de la “Escuela”, su segunda casa y de sus compañeros y maestras, su segunda familia (Contraprestación Abigail),
  • que si los niños del Centro Juvenil vean en Cris y en Isaac un modelo y que hayan aprendido de ellos todo lo que aprendieron y jugado con ellos todo lo que jugaron (Contraprestación Cristina e Isaac),
  • que si invertimos en nuestras labores socio-comunitarias y educativas, mucho más tiempo de lo que tenemos estrictamente estipulado por contrato,
  • que si participamos y dinamizamos numerosas actividades culturales y festivas del barrio, totalmente ajenas a nuestras meras contraprestaciones.

Eso sí, también expusimos las debilidades de dichas contraprestaciones y las vías para mejorar de cara a los próximos cursos, sin olvidar todos los aprendizajes que adquirimos; de nuestras propias contraprestaciones, de nuestros propios alumnos y de nuestras propias técnicos de referencia.
Éstas últimas, aprovecharon su asistencia a la asamblea de evaluación (Eva, Marina, Raquel, Teresa, Tania y Vicky, ésta última a través de una declaración escrita), para colmarnos de lindos testimonios. Bonitas pero sinceras palabras nos dedicaron; con las cuales nos emocionaron, nos halagaron... nos hicieron sentir bien.
Todas coincidieron en calificar nuestra labor como necesaria en el barrio, en sus calles, y en sus centros educativos y sociales. Todas coincidieron en calificarla como llena de entrega y de dedicación, de entusiasmo y de energía. Todas coincidieron en apoyar nuestra permanencia en el barrio como individuos y como vecinos, pero también como programa municipal en el cual participamos.

La otra razón que hizo de este curso ser tan especial, es la postura del grupo de Jóvenes Solidarios frente a las dificultades que afrontamos. Una postura solidaria con los compañeros, seria y determinante: el espíritu de equipo afloró.
Naturalmente, las diferencias y particularidades son características inherentes a todo grupo humano en continua interacción, sin embargo, los participantes en el Programa de Viviendas para Jóvenes Solidarios, hemos demostrado que a la hora de la verdad, sí somos capaces de actuar como grupo compacto; cada uno de nosotros en la medida de sus posibilidades.
Así se demostró cuando el grupo de Jóvenes Solidarios decidimos expresar de manera conjunta y determinante, nuestras quejas al Patronato Municipal de la Vivienda sobre el mal estado de las viviendas donde residimos y sobre los incumplimientos contractuales que dicho órgano público estaba cometiendo. Quejas que tuvieron el apoyo de nuestras técnicos de referencia.

En definitiva, la asamblea de evaluación supuso el broche de oro para un curso satisfactorio y diferente. Asamblea en la cual se alternaron momentos serios, de trabajo y de evaluación, con momentos emotivos; con la sensación agradable de sentirse arropado por quienes llevan todo un año o varios años trabajando con nosotros; con el calor humano; con los escalofríos y hasta con algunos lagrimones que pretendían pasar desapercibidos pero que en su vez, se contagiaron a más almas sensibles que aquel lunes 1º d julio de 2013, abarrotaban el Aula 2 del Centro de Convivencia y Participación del Barrio de Juan XXIII, 2º Sector, de Alicante.

1 comentario:

Visen dijo...

Hay momentos que parecen que las cosas penden de un hilo y que no dependen de uno, y esto no es cierto. Lo demostráis cada uno de vosotros día a día , excepto en verano, trabajando por los demás y por vuestro barrio. Poneros las pilas y al curro.
Os deseo todo lo mejor para este curso que llega. Besos